Queremos ser presencias
capaces de inspirar fraternidad…

La lucha de Jacob con el ángel (R. M. da Silva)

Hoy se experimenta a menudo una «desertificación espiritual».
Especialmente allí donde se vive como si Dios no existiera,
nuestras comunidades cristianas están llamadas a ser
«cántaros» que apagan la sed con la esperanza,
presencias capaces de inspirar fraternidad,
encuentro, solidaridad, amor genuino y desinteresado;
han de acoger y avivar la gracia de Dios,
para no encerrarse en sí mismos y abrirse a la misión.

 

Papa Francisco

 

5 comentarios en “Queremos ser presencias
capaces de inspirar fraternidad…

  1. Se nos dice que contra la desertización espiritual estan las comunidades cristianas. Si.
    Los encuentros litúrgicos deben ser «comunidades». En mi parroquia no lo son ni por asomo.
    Donde sí hay comunidad consciente y aceptada, deberíamos fomentar: la acogida inclusiva, en espacial con los nuevos. La dispobibilidad, el «estoy aquí». La alegría de estar y compartir esa alegría. En fin algo parecido al llamado amor fraterno.
    El rezar en voz alta y juntos hace milagros, sobretodo en nuestro interior, a veces desierto espiritual.
    Aterrizando: fabriquemos y cuidemos las comunidades… cristianicemoslas. ¿se dice así?

  2. El grabado de Ruberval es precioso. El ángel hiere en el muslo a Jacob, pero en realidad le está dando un masaje de alma y cuerpo que le marca de por vida

  3. El Papa Benedicto XVI aseguraba en una de sus audiencias públicas:
    “Estamos todos en peligro por vivir como si Dios no existiese, pero Dios tiene miles de modos, para cada uno el suyo, de estar presente en nuestra alma, de mostrar que existe y que nos conoce.”

  4. En los últimos días del año, con la peregrinación de confianza a través de la tierra que organiza Taizé con los jóvenes de toda Europa en Madrid, tendremos una gran ocasión para abrir nuestras casas en una experiencia de encuentro fraterna. A veces no hay que irse de misión, sino aceptarla, cuando se presenta ante nosotros.

  5. La desertización de las comunidades es una realidad. Pero también es una merma de espiritualidad. Hay gente – no toda, claro – que va a misa, incluso a diario, como una rutina más de su vida. Eso aplica a presbíteros igualmente para quienes la Eucaristía parece una representación piadosa mas. A veces hasta introduce un estilo propio a la misa haciendo caso omiso a las rúbricas. Empobrece muchísimo.
    Qué bendición nuestra misa mozárabe los martes con su riqueza de oración y belleza de rito. Gracias a todos los que lo hacen posible. Es un auténtico regalo sin par.

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