Salve estrella del mar,
Santa Madre del Verbo,
Salve perpetua Virgen,
Puerta feliz del cielo.
Tu que oíste aquel Ave
de la boca arcangélica,
danos la paz más firme
cambiando el nombre de Eva.
Liberta a los cautivos,
cura los ciegos ojos,
aleja nuestros males,
danos los bienes todos.
Demuestra que eres Madre,
y haz que oiga nuestras suplicas
quien nació por nosotros
tomando carne tuya.
Oh singular Doncella,
benigna como nadie:
líbranos del pecado,
haznos castos y suaves.
Danos vida impoluta
y seguro sendero
para que, viendo a Cristo,
siempre nos alegremos.
Loado sea el Padre,
honrado sea el Hijo,
y ambos glorificados
sean con el Espíritu.
Oremos:
Oh Adonai, Señor, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley:
ven a librarnos con el poder de tu brazo.
Ave maris stella.
Para compenetrarse con la melodía arcaica, tal vez hispana, tal vez visigótica.
Y compenetrarse con quien la toma como himno personal.
La 4 muestra More hispano.
La 5 polifonía Dufay
La 2 Schola Antiqva
https://youtu.be/SrbT1H3xk5Y
https://youtu.be/AIui7CgC8ug
https://youtu.be/pzd1WXbABYQ
https://youtu.be/7uYU32TNO5o
https://youtu.be/w7QZsWvw040