En muchos lugares –como muestra el enlace- se realiza en Pentecostés el apagado y/o el traslado del Cirio pascual al baptisterio. Esta santa luz volverá a lucir en todos los bautismos y las exequias. El apagado ritual al terminar el Oficio de las II Vísperas o de la última misa de la solemnidad nos recuerda nuestra identidad: somos luz para el mundo.
Apagar el cirio pascual
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