En la liturgia de la Iglesia de España, como en todas las demás, la Plegaria Eucarística va precedida de un diálogo entre el celebrante y la asamblea.
En la liturgia Gotho-hispana, para subrayar el movimiento del celebrante y del diácono, que en este momento dejan la sede y suben al altar, el diálogo se inicia con el versículo:
<Me acercaré al altar de Dios>.
Al que todos responden:
<A Dios que es nuestra alegría>.