Pascua

La resurrección de la Cabeza y de su Cuerpo

 

La costumbre de la Iglesia
es que cuando llega la medianoche, la iglesia sea adornada,

a fin de que la verdadera luz, Cristo,
que resucita del abismo,
sea recibido con solemnidad,

Porque también las vírgenes que prepararon sus lámparas
esperaron la venida del Esposo en la alegría de la Resurrección.

Por ello en dicha noche se celebra la fiesta hasta más allá de la medianoche,
hora en que creemos también que nosotros hemos de resucitar de entre los muertos,
y que el Señor juzgará a los vivos y a los muertos;
porque a los miembros les ha de suceder
lo mismo que ya precedió en la Cabeza.

(San Braulio de Zaragoza (+ 651), Carta a Fronimiano PL 80,661 D)