El domingo: primer y octavo día de la semana

Esperando el domingo sin ocaso…

Oh Hijo engendrado del Creador increado,
que en él nos recuerdas
la dedicación a ti en este octavo día,
en el que te presentaste ante la mirada de los discípulos
para que tocaran.

Conviene que este día sea contado
el <primero> de entre los días,
si bien al ser <octavo> tiene su curso después del séptimo;
porque en dicho día,
al resucitar admirablemente de entre los muertos
saliendo del sepulcro,
entraste incomparablemente a donde estaban los discípulos
mientras las puertas permanecían cerradas.

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