Oh Dios, que para aliviar los trabajos de esta vida
concedes los diversos consuelos y gozos de tus dones,
con los cuales festejamos los días insignes
que recurren cada año
y celebramos la Epifanía…
Conmemoramos hace poco la natividad del Señor Salvador,
nacido para nosotros en el tiempo,
él que nació de ti fuera del tiempo,
pues es antecesor y creador de todos los siglos y de los tiempos.
Siguió después la circuncisión en el día octavo,
señalado por la luz de tu Unigénito,
y la celebramos con devoción semejante
por medio de solemnes ofrendas.