Plegaria pascual Gotho-hispana

El Vencedor pisando el León y el Dragón (Sal

En verdad es santo y bendito
nuestro Señor Jesucristo tu Hijo.
El cual, al visitar a los discípulos
que se encontraban reunidos con las puertas cerradas,
entró manifestando que es Dios,
y como dudaban de la veracidad de su cuerpo,
pidió pan y comió para mostrar que era hombre verdadero.
Realizó aquello de modo sorprendente,
y esto misericordiosamente.
Aquello para glorificar el poder de la divinidad;
esto para certificar la realidad de la carne.
Convenía que aquéllos le vieran en ambas naturalezas,
a quien les sería mandado predicar
como mediador entre Dios y los hombres.
Porque él mismo es Señor y redentor eterno.