Santo y bendito es en verdad
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo:
que, al morir, destruyó las duras mazmorras de los infiernos
y, al resucitar, nos abrió las puertas del reino del cielo.
Contemplación en Pascua
Responder
Santo y bendito es en verdad
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo:
que, al morir, destruyó las duras mazmorras de los infiernos
y, al resucitar, nos abrió las puertas del reino del cielo.