Dormición, Tránsito, Asunción, Coronación: entre los misterios…

Si todo esto, Señor, pudiera alcanzarse con fuerzas humanas,
nunca pudiera demostrarse la existencia de lo divino.
¿Quién podría asentir a misterios tan grandes y santos
como los de la Encarnación, Navidad, Ascensión del Hijo al cielo
y la Asunción tan incomprensible de su inmaculada Madre,
si no creyera recta y sinceramente
en el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo,
si no tuviera el sentido de la Asunción maravillosa de la madre?
Todo es incomprensible,
pero todo debemos creerlo y todo lo profesamos.
Ésta es la verdadera fe
con la que nos reconciliamos con Dios misericordioso
y somos aceptados como hijos.
De la liturgia hisp-moz de la Asunción