Ser lo que vemos…

Recibimos el Cuerpo de Cristo
para que juntos podamos ser
más verdaderamente
el cuerpo de Cristo en el mundo.

Como nos recuerda san Agustín de Hipona,
en la Eucaristía hemos de ser lo que vemos
y recibir lo que somos (Sermo, 272).

También continúa diciendo:
“A lo que sois respondéis con el amén,
y vuestra respuesta es vuestra rúbrica.
Se te dice: ‘El cuerpo de Cristo’,
y respondes: ‘Amén’ (Ibid.)”.
Ahora el “Amén”,
dicho cuando recibimos la Comunión,
es una continuación del gran Amén
que expresa nuestra disposición
a entrar en la vida de comunión
que Cristo ha obtenido para nosotros
con su Muerte y su Resurrección.