La presentación de ofrendas

El rey y sacerdote Melquisedec

39. Durante la procesión de los fieles al altar para presentar sus oblaciones y mientras los ministros preparan el pan y el vino y los colocan sobre el altar, el coro canta el Sacrificium… San Isidoro trataba del mismo todavía bajo el nombre de Offertorium.

Justifican el nuevo título de Sacrificium los textos del repertorio que describen sacrificios ofrecidos por personajes bíblicos, en fases sucesivas de la Historia Sacra, los que tratan del altar y del servicio cultual en el templo, los que evocan la liturgia celeste que se celebra ante el Cordero inmolado.
Dentro de la pausa de reflexión que [la larga procesión de ofrendas] necesariamente creaba, y sobre las verdades concretas que la Liturgia de la Palabra había traído consigo, el Sacrificium proyectaba sus temas constantes, de alcance más general: la Historia de la Salvación, el culto de adoración al único y verdadero Dios; y preparaba el implícito reconocimiento de la inmolación de Cristo, actualizada en la Eucaristía, como término y cumbre de todos los sacrificios.
(Textos de la Ordenación del Misal Hisp-Moz.)