Ante los últimos domingos del año… (II)

[El encuentro con Cristo]
se produce siempre en la celebración de la Eucaristía,
donde el Señor se presenta de nuevo entre los suyos
y se entrega a ellos;
por así decir, se deja tocar por ellos,
se sienta a la mesa con ellos.

Este cambio es un hecho extraordinario,
si se considera que el Sábado, el séptimo día
como día del encuentro con Dios,
está profundamente enraizado
en el Antiguo Testamento.
Este proceso revolucionario,
que se verificó inmediatamente
al comienzo del desarrollo de la Iglesia,
sólo se explica por el hecho
de que en dicho día había sucedido algo inaudito.

El primer día, según el relato del Génesis,
es el día en que comienza la creación.
Ahora, se ha convertido de un modo nuevo
en el día de la nueva creación”