Adonay / Señor:

título del día 18 de diciembre

Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley:
ven a librarnos con el poder de tu brazo.

Se podría decir que nuestra historia de fe nace en el Sinaí: Dios se revela a Moisés como libertador con el poder de su brazo. Revela su Nombre y su poder: Dios es y actúa (cf. Éxodo 3, 2; 6, 2). En el monte dio su ley perpetua “escrita en tablas de piedra” (Éxodo 24, 12). Descendió en el Horeb dando “juicios rectos, leyes verdaderas, estatutos y mandamientos buenos” (Nehemías 9, 13 cf. Éxodo 20, 1ss; Miqueas 6, 4; Hechos 7, 30ss). El Señor se reveló como “nuestro juez”. Él es nuestro legislador, el Señor es nuestro rey: él nos salvará” (Isaías 33,22)” Y, así, la profecía resonó durante siglos: «Juzgará con justicia a los débiles, y sentenciará con rectitud a los pobres de la tierra. Herirá al hombre cruel con la vara de su boca, con el soplo de sus labios matará al malvado. Justicia será el ceñidor de su cintura, verdad el cinturón de sus flancos» (Isaías 11, 4-5).

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