para meditar y vivir la palabra de Dios
1. Hacer una lectura lenta, muy lenta, con pausas frecuentes.
2. El alma vacía, abierta y serenamente expectante.
3. Lectura desinteresada: no buscando algo, como doctrina, verdades…
para meditar y vivir la palabra de Dios
1. Hacer una lectura lenta, muy lenta, con pausas frecuentes.
2. El alma vacía, abierta y serenamente expectante.
3. Lectura desinteresada: no buscando algo, como doctrina, verdades…