IV domingo de la Cincuentena

 «Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos» (Apoc 7, 9).
En este domingo IV de la Cincuentena
podemos rezar, muy despacio,
esta versión del antiguo himno pascual Ad Cenam Agni.
El Cordero entregado a la muerte
nos invita como Buen Pastor
a los verdes pastos de su Reino:

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