Comencemos por tratarles como seres humanos.
Conviene no olvidar que España, en toda su historia,
también en la más reciente, ha sido un país
que ha buscado refugio y que ha vivido la emigración.
Nuestro pueblo, conjunto de muchos pueblos,
se ha caracterizado por la acogida.
Un valor evangélico que, además de no perder,
hemos de inculcar a las nuevas generaciones.
Que no quede en un simple recuerdo el próximo 20 de junio…