Jueves, 27 de junio:
Virgen del Perpetuo Socorro
I Vísperas del Corazón de Cristo

 
Con esta versión del poeta argentino

Fco. Luis Bernández (+1978)
se popularizó, después del Concilio,
el himno litúrgico a la Virgen de los Dolores
(Jam toto subitus).

Contemplando este icono de la Virgen de la Pasión,
teniendo presente el amor de Cristo
manifestado en su Pasión gloriosa,
podemos rezar en compañía de María:

 

«Que el atónito sol apure el día
y que súbita noche cubra el aire,
mientras estoy pensando en el ludibrio
de la pasión de Dios y en su catástrofe.

Tú sufriste la vista del suplicio
con diamantino corazón, oh Madre,
cuando colgado de la cruz funérea
Jesús llenaba el cielo con sus ayes.

¡Cuántos fueron y cómo te dolieron
los dardos que en tu cuerpo soportaste
viendo al suyo suspenso, malherido
y cubierto de obscuros cardenales!

¡Cuán tiránicamente te oprimieron
el corazón los golpes incontables,
la sed, la hiel, la lanza, las heridas,
los clavos, las espinas y la sangre!

Pero tú resististe aquellas penas
con mayor heroísmo que los mártires,
y fue milagro que sobrevivieras
por ser mortales sufrimientos tales.

Glorificada, honrada y alabada
sea la Trinidad incomparable,
a quien ruego me dé la fortaleza
y la firmeza de la Virgen Madre».

Oramos por todos los que peregrinan
al Santuario del Cerro de los Ángeles (Getafe, Madrid).