El ministro extraordinario de la Comunión

Son ministros ordinarios de la sagrada comunión:
el Obispo, el presbítero y el diácono.
Es ministro extraordinario de la sagrada comunión
el acólito, o también otro fiel designado.

Para este servicio se requiere formación.
Es evidente que, si cualquier otro ministerio,
como el de proclamar las lecturas
o dirigir el canto o la oración de los fieles,
requiere la capacitación necesaria para ejercerlo con dignidad,
el de distribuir la Comunión lo exige aún más.

El que se encargue a algunos laicos
la distribución de la Comunión
-con el Pan consagrado
o con el cáliz de la Sangre del Señor-
no es una novedad:
hasta el s. VIII hay testimonios de que los laicos recibían,
a veces, la misión de llevar la Eucaristía a los enfermos
y encarcelados que no habían podido acudir
a la celebración de la comunidad.