El arte…

 

“Un diálogo intenso con las artes plásticas antiguas y modernas, con la literatura y la música, podría preservar y liberar la liturgia —y especialmente la predicación— de cierta banalización.

La liturgia es también, al menos en su forma más elevada, algo así como una obra de arte global en la que se implican todos los géneros artísticos. Es un destello de la belleza refulgente de Dios que —como dice un salmo— «nace de Sión»: también de la Iglesia, la nueva Sión”.

Egon Kapellari, obispo.