El Rey que viene

Al inicio de su vida pública Jesús, el Maestro, fue reconocido como REY:
«¡Rabí [Maestro], tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel! (Jn 1,49).
Son las palabras que el IV evangelista pone en boca de Natanael de Caná.
Cristo, al final de su ministerio, entraría en Jerusalén,
con el título real (Lc 19, 38 Jn 12,13);
pero los soldados romanos se burlarán de esa condición regia (Jn 19,3).
Los cuatro evangelistas dan testimonio de que es el único título
que aparece en el leño de la cruz (Mc 15,26 Mt 27,37 Lc 23,38 Jn 19,19).
Como los magos 
nosotros le buscamos y seguimos
para someter nuestras vidas a su Reino:
«¿Dónde está el Rey de los judíos?» (Mt 2,2)
Como el ladrón rezamos:
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino».