Cada persona humana: ser único

Tanto
la unidad cósmica
como la reencarnación
son irreconciliables
con la creencia cristiana de que la persona humana es un ser único,
que vive una sola vida de la que es plenamente responsable:
esos modos de entender la persona
ponen en cuestión tanto la responsabilidad personal como la libertad.

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La presencia de Cristo,
en la realidad de nuestra carne hecho hombre,
abre al ser humano posibilidades infinitas, únicas y personales.

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Hoy recordamos a san Eulogio de Córdoba,
obispo electo de Toledo y mártir mozárabe (+ 859).
Su cuerpo fue trasladado a Oviedo en el año 833
y se venera en la <Cámara Santa>.