VI Domingo de Pascua

 

La Pascua de Cristo es el acto supremo e insuperable del poder de Dios.
Es un acontecimiento absolutamente extraordinario,
el fruto más hermoso y maduro del «misterio de Dios».
Es tan extraordinario, que resulta inenarrable en aquellas dimensiones
que escapan a nuestra capacidad humana de conocimiento e investigación.
Y, aun así, también es un hecho «histórico», real, testimoniado y documentado.
Es el acontecimiento en el que se funda toda nuestra fe.
Es el contenido central en el que creemos y el motivo principal por el que creemos.

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Hoy es san Pascual, franciscano.
Oramos con las HH. Clarisas

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Señor Jesucristo,
que has muerto para volver a la vida,
que has sido sepultado para resucitar,
tú que con tu muerte salvas a los difuntos
y clavado en la cruz nos obtienes el perdón,
acoge nuestras plegarias
con aquel amor que te ha llevado a sufrir lo indecible
y pon término a nuestras tribulaciones.
Apiádate de los que has perdonado;
que quienes nos sentimos oprimidos
por el recuerdo de las culpas cometidas,
te hallemos de nuevo dispuesto a perdonamos con misericordia,
y, alcanzada la paz del espíritu,
podamos disfrutar de las ventajas de bienes más altos.
R/. Amén.

Oración pascual hisp-moz (Alia)