Oración de la tarde

Lucernarium en Toledo

 

En el Concilio de Mérida (666), los obispos de la Lusitania trataron sobre la celebración de la Liturgia de las Horas.

Determinaron que el Oficio de Vísperas festivo debía iniciarse con el rito de la oblación de la luz (oblatio luminis), seguido del vespertinum o salmo propio de las Vísperas y el Sonum, un canto solemne propio de las grandes fiestas del año litúrgico (canon 2, CVHR 327).

La costumbre de encender una luz al comenzar la oración vespertina es una característica del Oficio hispano.

Sigue leyendo