Lo imperfecto y el Perfecto

 

El número “seis”, en el lenguaje simbólico,
habitualmente habla de lo incompleto, lo imperfecto,
lo que espera culminación.
Sin embargo, en el lenguaje simbólico cristiano
el número senario también expresa perfección.

Así lo enseña san Isidoro:

“Seis días o etapas son las edades de la perfección del tiempo del mundo, de las cuales la primera va desde Adán hasta Noé, la segunda hasta Abraham, la tercera hasta David, la cuarta hasta el destierro (de Babilonia), la quinta hasta el nacimiento de Cristo, y la sexta que es nuestra época, hasta el final del mundo” (Núm., VII,29).

“La perfección de este número se adquiere tanto en las etapas de los hombres, como en los estados de las cosas, pues con las 6 etapas se acaba la vida humana y son infancia, niñez, adolescencia, juventud, senectud y vejez; también 6 son los estados de todas las cosas, es decir, seres no vivientes como las piedras; seres vivientes como los árboles; sensibles como los animales; racionales como los hombres; inmortales como los ángeles. Y el último y sumo estado es Dios que está sobre todas las cosas” (Ibid., 31).

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