La que, en sus inicios, fue una memoria mariana de los frailes servitas fue extendida a toda la Iglesia por el Papa Pío VII (1814) y se celebraba el tercer domingo de septiembre.
En 1912 el papa san Pío X la fijó en la fecha del 15 de septiembre, antigua octava de la Natividad de María.
Tanto el Breviarium Gothicum como el Misal Mozárabe de Cisneros denominan a este día:
Octava Sancte Marie.
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