Mirando al mundo celestial:
mañana, fiesta de los santos arcángeles

Batalla del <Apocalipsis> entre la Mujer y el dragón o serpiente antigua.

«Tanto los relatos [evangélicos] de la infancia como los de la resurrección, atestiguarán la permanencia de la divinidad en la humanidad de Cristo por la presencia y el servicio de los ángeles fieles.

 

Para san Pablo, Cristo es el segundo Adán precisamente porque rechaza la sugestión diabólica, y pone así fin al reino del pecado y de la muerte, que es el mismo de Satán y las potencias rebeldes (Rom 5, 12 ss; cf. Col 2, 9-15). Este último texto muestra con especial claridad que para san Pablo la cruz de Cristo es lo que ha puesto fin al reino momentáneo y aparente de los ángeles infieles, al mismo tiempo que libera a los hombres de su esclavitud (cf. 1 Cor 2. 6-9, donde se mencionan las potencias visibles que reinan sobre el mundo y, tras ellas, las potencias infernales concebidas como sus inspiradoras).

 

En una línea semejante, el Apocalipsis describirá el futuro de la humanidad rescatada como una introducción por el Cordero, inmolado pero glorioso, en la asamblea celestial en la que los ángeles ven a Dios y le glorifican cara a cara (7, 9 ss).