Retazos de nuestra historia 

 

“El año 1080, Roma, pretendiendo sin duda una mayor unidad religiosa de todo el Occidente, forzó la abolición de nuestro Rito en el concilio de Burgos, venciendo la resistencia de los españoles. Pero, cuando cinco años más tarde, Alfonso VI reconquistó Toledo, la comunidad mozárabe de esta antigua capital visigoda se opuso tenazmente a prescindir de esta venerable liturgia de Isidoro e Ildefonso, que había nutrido su fe durante tantos siglos. Sólo después de tensas y hasta dramáticas negociaciones lograron de Roma y del rey conservarla en las seis parroquias históricas de la Ciudad regia, que aún subsisten. De este modo salvaron a nuestra liturgia de una extinción total, y a la vez, agrupando a las familias mozárabes en dichas parroquias, que siguen gozando hasta hoy de jurisdicción personal, hicieron posible su identificación histórica a través del tiempo.  

 

Ya finalizando el s. XV el cardenal Cisneros creó una comisión de expertos para que recogiera en una edición plenaria los textos dispersos en múltiples manuscritos medievales. Así vieron la luz en la recién nacida imprenta el Misal (1500) y el Breviario (1502). Poco después (l508) fundó la Capilla mozárabe bajo la tutela del Cabildo Primado. 

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