Influencias bizantinas

“En la España visigoda y en la Corte sobre todo, era de buen tono y estuvo de moda todo lo bizantino. Los Reyes godos se daban los pomposos títulos de Emperadores y Augustos; nuestro mismo arte antiguo está saturado de bizantinismo, y aunque las relaciones entre el Oriente y el Occidente no eran fáciles, no por eso dejaban de ser estrechas y frecuentes.

Juan Biclarense, primero Abad en el Pirineo y finalmente Obispo de Gerona, pasa largos años peregrinando en el Oriente, y lo mismo hace Martín de Dumio, aquel preclaro varón, originario de Panonia, como su homónimo Martín turonense, apóstol y taumaturgo de la Galia. Martín, Abad de Dumio en Galicia, será después Obispo de Braga y alma de sus dos primeros Concilios.

Su reputación rebasaba las fronteras de España y de Galicia, llegando su prestigio hasta el punto de afirmar Gregorio turonense que Martín es para Galicia lo que los Apóstoles fueron, para las distintas Iglesias que fundaron. Es como, Martin de Tours par Apostolis. Y no era menor la admiración por el metropolitano bracarense en el pequeño cenáculo de Poitiers, formado por Santa Radegundis, la abadesa Inés y Venancio Fortunato, quien le celebró en prosa y en verso.

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