Los mártires del <domingo>

Hoy, en Cartago, ciudad de África, conmemoración de los santos mártires de Abitinia (actualmente, Túnez), que durante la persecución bajo el emperador Diocleciano, por haberse reunido para celebrar la eucaristía dominical en contra de lo establecido por la autoridad, fueron apresados por los magistrados de la colonia y los soldados de guardia. Conducidos a Cartago e interrogados por el procónsul Anulino, a pesar de los tormentos confesaron su fe cristiana y la imposibilidad de renunciar a la celebración del sacrificio del Señor, derramando su sangre en lugares y momentos distintos (año 304).

Recordamos a cristianos que han dado su vida por la espiritualidad del domingo: el primero y, a la vez, el octavo día de la semana.

En efecto, a principios del siglo IV, siendo ilícito el culto cristiano en el Imperio Romano, algunos fieles del Norte de África, celebrando el día del Señor, desafiaron la prohibición.

Fueron condenados a muerte por declarar que no les era posible vivir sin reunirse para la Eucaristía: sine dominico non possumus.

Estos mártires de Abitinia nos enseñan la fidelidad al encuentro con Cristo resucitado.

El cristiano no puede vivir sin participar en el Sacramento de la salvación deseando llevar a la vida lo que se celebra en el día del Señor

(cf. Sacramentum Caritatis 95).

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