25 de marzo:
una fecha pascual

 

Solemnidad de la Anunciación del Señor, cuando, en la ciudad de Nazaret,
el ángel del Señor anunció a María:
Concebirás y darás a luz un hijo, y se llamará Hijo del Altísimo.
María contestó: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.
Y así, llegada la plenitud de los tiempos, el que era antes de los siglos el Unigénito Hijo de Dios,
por nosotros los hombres y por nuestra salvación,
se encarnó por obra del Espíritu Santo de María, la Virgen, y se hizo hombre.

 

Hoy, arrodillados, adoramos este misterio que el Rito Hispano
subraya el 18 diciembre, a ocho días antes de la Navidad.
Oriente, Milán y Rávena también celebraban este misterio antes del Nacimiento del Señor.
El autor de la obra De Pascha Computus (s. II) cree que la encarnación del Hijo de Dios 
tuvo lugar en el equinoccio de primavera, día en el que habría sido creado Adán. 
De esto, se hace eco san Agustín y, con él, gran parte de los Padres en Occidente.
El equinoccio estaba señalado en los antiguos calendarios hispanos:
así confesaban que Jesucristo es el Señor del tiempo, el alfa y la omega,
el principio y el fin -como enseña el último libro de la Biblia,
y que suyas son las edades del tiempo.

 

 

Hoy, en la Basílica de la Concepción de Ntra. Sra. c/ Goya 26 Madrid
se ofrece un RECITAL de canto litúrgico: Grupo de canto de GOTHIA (20 h.)

 

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