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Recibe, Reina gloriosa,
del Pilar, dulce señora,
la alabanza de tu pueblo,
que tu favor implora.
Desde la antigua palabra,
profecía de la gloria,
Dios quiso dar al mundo
una lámpara preciosa.
Quiso que el dolor que Eva
a la humanidad causó
fuera sanado con creces
por la Madre del Señor.
Gloriosas y santas Mujeres,
profetizan con amor,
las glorias que en Santa María
llegarán a su esplendor,
Sara, Raquel y Rebeca,
Judit, Esther son la flor,
Ruth, Nohemí son anuncios
de la Madre del Señor.
Cuando se cumplió el designio,
Vino al mundo el Salvador
nacido de humilde reina
el Niño que es luz de amor.
De María, dulce fruto,
nos nace el Dios redentor,
del Seno límpido y puro
de la Esclava del Señor.