Santos apóstoles Simón y Judas:
maestros de vida cristiana

“Para entrar en la vida interior necesitamos maestros que nos hagan descubrir el silencio y que nos inicien en la oración personal y comunitaria familiarizándonos con la Palabra de Dios, la meditación y la dirección espiritual.  

Este primer paso requiere que los sacerdotes, ayudados por los laicos, transformen las parroquias y movimientos en escuelas de oración, escuelas de la Palabra con la Lectio divina y la Liturgia de las Horas 

Esto supone ser iniciados en el lenguaje de los Salmos y en las claves para escrutar la Palabra de Dios.  

Al mismo tiempo, la vida interior reclama espacios y tiempos para el retiro y la práctica de los Ejercicios Espirituales.  

Un buen comienzo consiste en meditar diariamente la Palabra de Dios con el Evangelio de cada día.  

En su momento hay que introducir en la lectura de los clásicos de la espiritualidad cristiana: Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Lisieux, San Francisco de Sales, San Ignacio de Loyola, etc.”   

(J. A. Reig, obispo complutense) 

​En el Nuevo Testamento hay una Epístola que lleva el nombre del apóstol Judas.

Es una carta dirigida a una comunidad judeo-cristiana exhortando a los hermanos a mantenerse fieles en la fe y observar una conducta santa.

Tiene solamente un capítulo. Hoy podemos leerla entera.

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Rito mozárabe en Andalucía, J. Calvo Poyato:

 

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