Presentación de María en el Templo

 

Dentro de un mes se celebra la fiesta de la Presentación de María en el Templo.
Es la fiesta tradicional del Icono de la Virgen en la Ermita de san Isidro de Madrid.
Con esta celebración se inició la restauración del Rito Hispano-mozárabe en la diócesis madrileña.

 

 

***

 

ORACIÓN HISPANA
para el final de una catequesis
o una conferencia de formación cristiana

 

Se hace la señal de la cruz y se dice:

 

Dios omnipotente ilumine nuestro corazón,
y así, habiendo aprendido bien lo enseñado,
y creyendo en ello, guardamos intacta la fe verdadera.
La fe santa resplandecerá en las buenas obras,
que nos conducirán a la felicidad eterna.
R/. Amén.

 

Que lo conceda con su auxilio
aquél que vive y reina por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

 

Cf. Domingo de Ramos, tras la “Entrega del Símbolo de la fe”.

 

Ermita del santo mozárabe en el madrileño Paseo 15 de Mayo s/n

 

Cercanía de la palabra divina

“La Palabra nos acerca a Dios; no la tengamos lejos.
Lleveìmosla siempre con nosotros, en el bolsillo, en el teleìfono;
deìmosle un sitio digno en nuestras casas.
Pongamos el Evangelio en un lugar donde nos recordemos abrirlo cada diìa,
si es posible al inicio y al final de la jornada,
de modo que entre tantas palabras que llegan a nuestros oídos
llegue al corazoìn alguìn versiìculo de la Palabra de Dios

Papa Francisco.

La fracción del Pan en una de las costumbres del Rito hispano: la hostia dividida en 9 partes.

 

***

 

Sigue leyendo

MMM = martes: misa mozárabe

La espiritualidad de la Cruz en el Rito hispano

 

 

La Jornada Mundial de la Juventud 2023 tendrá lugar en Lisboa
(cf. Itinerario de la JMJ 23 en España ).

Esta ciudad, ventana al Atlántico, fue sede de una gran comunidad de cristianos mozárabes.
Lo mismo habría que decir de la zona conocida como Algarbe (al-Gharb).
En los últimos XXV años va apareciendo unan interesante bibliografía en portugués y en francés
sobre esta comunidad cristiana.
Sobre los “moçárabes de Portugal”, véanse los estudios de:

Manuel Luís Real,
«Os moçárabes do Gharb português»,  
in Santiago Macias e Cláudio Torres (coord.),
Portugal Islâmico. Catálogo da Exposição, Lisboa, IPM/MNA, 1998, pp. 35-56;

Sigue leyendo

San Lucas, evangelista

Sepulcro del evangelista en Padua (Italia)

 

***

«El evangelio de Lucas se lee de manera continua en la liturgia dominical del ciclo C, pero su presencia es relevante durante todo el año litúrgico, tanto en el interior de la celebración eucarística, en la liturgia de la Palabra [de estos días laborables de octubre y noviembre], como en la liturgia de las horas.

Si además tenemos también en cuenta los Hechos de los apóstoles, es verdaderamente impresionante el impacto de la obra lucana en la celebración de la salvación y, por consiguiente, en la espiritualidad de toda la Iglesia.

El ciclo de Navidad está dominado por el relato del nacimiento y de la infancia de Cristo (Lc 1-2). Empieza a emerger en las últimas ferias del adviento, para alcanzar su cima en Navidad, en las misas de medianoche y de la aurora. Alcanza también a la fiesta de la Sagrada Familia (domingo después de Navidad), con el episodio de la pérdida de Jesús a los doce arios en el templo, y la solemnidad de la Santísima Madre de Dios, el día 1 de enero. Nueve meses antes, la fiesta de la Anunciación celebra el comienzo de la encarnación del Hijo de Dios recurriendo al texto de Lucas.

El maravilloso cuadro de la visita de María a Isabel ha dado origen precisamente a la fiesta de la Visitación y vuelve en la de la Asunción de María. La fiesta de la Presentación (2 de febrero) se inspira también en el relato de Lucas. El relato del nacimiento del Bautista se lee en el día de su fiesta, el 24 de junio.

El itinerario del ciclo C permite a la comunidad cristiana abordar sistemáticamente el evangelio de Lucas, saboreando de domingo en domingo sus páginas más bellas (como el capítulo 15) y las tal vez menos conocidas, pero no menos significativas. Todo esto culmina en la semana santa, con la lectura integral de la pasión y con el maravilloso capítulo de la resurrección.

En continuidad directa con el relato evangélico, se emplea el texto de los Hechos de los apóstoles en los tres ciclos litúrgicos como primera lectura de los domingos de Pascua y, especialmente, en las fiestas de la Ascensión de Jesús y de Pentecostés. De este modo, se pone de relieve que el acontecer evangélico desemboca en el de la Iglesia de los orígenes, germen y paradigma de la Iglesia universal.

En la liturgia cotidiana de las horas se han engastado los tres canticos del «evangelio de la infancia. –Magnificat, Benedictus, Nunc dimittis– en la oración vespertina, en la matutina y en la oración de la noche, respectivamente.

La espiritualidad del tercer evangelio impregna así la oración de la comunidad eclesial, intrínsecamente ligada a la del pueblo de la primera alianza».

Francesco Mosetto

Sigue leyendo

Liturgia hispana:
un puente entre Oriente y Occidente

Procesión de entrada con el Evangeliario cubierto
Catedral de Toledo, Corpus 2019

«Desde las Iglesias hispánicas que, antes de proceder a la constitución de una liturgia autóctona, habían adoptado formularios procedentes de otras iglesias, se siguieron observando los signos de evolución que se producían en otras Iglesias locales.

 

Ni en el momento de mayor intensidad creadora se pierde el contacto con las lejanas liturgias de Oriente -de tipo alejandrino, antioqueno o siro-caldeo- y con las más cercanas de la Galia meridional, Milán y Roma. La liturgia hispánica iba afirmándose, manteniéndose siempre vinculada a la tradición universal».

 

(Prenotandos del Misal Hispano-Mozárabe, n. 7)
***
En este domingo XXIX del tiempo durante el año
podemos meditar el pasaje de los hijos de Zebedeo:
Marcos 10, 35-45.

 

***

Sigue leyendo

Magnificat

 

“Además de la intercesión de María en Caná de Galilea,
el Evangelio nos entrega el Magnificat (Lc 1, 46-55),
que es el cántico de la Madre de Dios y el de la Iglesia,
la acción de gracias gozosa,
que sube desde el corazón de los pobres
porque su esperanza se realiza
en el cumplimiento de las promesas divinas”. 
Compendio del Catecismo, n. 547

Ya san Beda (s. VII) recuerda que la Iglesia
acostumbra a cantar el Magníficat
todos los días, al caer la tarde.
Es una costumbre que podemos hacer propia.

 

***

Sigue leyendo

De nuevo sobre cantos de ofrendas…

Misa hispana en Alcalá de Henares (Madrid) 

***

Es indudable la influencia que ejercicio en Hispania
la Iglesia de Milán, la sede de san Ambrosio.
También, en el canto.
La serie hispano-galicana de cantos de OFRENDAS
en su versión milanesa, «tiene algunas piezas hispanas ausentes de los libros francos,
o con una lección más consonante con la versión hispana.
Existen otros ofertorios no sálmicos en Milán,
como el muy teofánico Ecce apertum est templum  [«Se abrió el Templo»] de Navidad,
que está cerca de los cantos armenios y siríacos, originarios de Jerusalén,
para la procesión de las ofrendas.

La serie del Antifonario de León es, con mucho, la más rica (los textos son más numerosos y más largos), incluso si faltan algunas piezas presentes en la Galia.

No cabe duda de que es en la península ibérica, durante la edad de oro del reino visigodo en el siglo VII, o incluso un poco antes, donde debemos buscar su origen. Algunos clérigos comenzaron a imitar la costumbre oriental de cantar un himno durante la procesión de ofrendas, pero sin servilismo, recurriendo a un repertorio con un tema en particular. A partir de ahí, se extenderá de diversas maneras por el resto de Hispania.

Poco después, Milán y la Galia recibirán parte de este repertorio en una forma relativamente arcaica. Mientras que Galia y Milán mantendrán este repertorio casi intacto, enriquecido por algunas obras autóctonas compuestas con posterioridad, Hispania continuará desarrollándolo. De hecho, las piezas musicales de dos o tres largos versículos del Antifonario de León constituyen una reelaboración sistemática de un repertorio hispano más antiguo y restringido, pero ya más elaborado que el de la Galia y el de Milán. Lo atestiguan las lecciones hispanas de manuscritos más antiguos.”

(M. Smyth)

LES CHANTRES DU THORONET

Bibliografía:

Inmaculada Pérez,
El antiguo rito litúrgico hispánico y sus cantos,
Bandue: revista de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones, 10 (2017) 93-117.

Sigue leyendo

Una minoría, pero creativa

Celebración de la Misa en Rito hispano, el que preservaron y transmitieron los mozárabes

 

***

Mozárabes en la vieja Hispania

Documental dirigido por Luis E. Togores Sánchez y producido por el Instituto CEU de Estudios Históricos.
En la primavera del año 711 un ejército musulmán, al mando de Tariq, valí de Tánger, vasallo de Musa ibn Nusair,
cruza el estrecho de Gibraltar y comienza la conquista de la Spania visigótica.
A lo largo de siete siglos el islam dominará parte de la Península Ibérica.

 

 

El antiguo calendario de la Bética (s. IX)
celebraba hoy a los santos médicos Cosme y Damián.

 

Flor de lis en un cancel visigótico (Sevilla).

 

A base de heptadas:
el número siete

 

“El siete es protagonista aventajado en la colección de números simbólicos, venerado en Babilonia por referencia al curso de las cuatro fases de la luna —medidora del tiempo—, cada una de las cuales dura siete días. De ahí pasó a asociar la idea de la septena con la de periodo lleno o completo, y con el concepto de un todo acabado y perfecto. 

 

El pueblo hebreo sacralizó con tal número, uno de los más destacados en la aritmología bíblica, hechos, objetos e instituciones. A base de heptadas y en formulación catequética se narraba la actividad divina, y se regulaban los tiempos sagrados, el trabajo y el culto. 

Así: siete días de la creación (Gen 1; 2, 2-4); el día séptimo o sábado (Ex 20, 10; 23;12); el año séptimo o sabático (Ex 23, 11); siete veces al día se alaba a Yahvéh (Sal 119, 164); quien mate a Caín lo pagará siete veces (Gen 4, 15); con siete y sus múltiplos se producirá la venganza (Gen 4, 24); los sueños de Faraón: siete vacas lustrosas y siete vacas flacas, siete espigas lozanas y siete asolanadas (Gen 41, 2-8); siete años de abundancia y siete de hambre (Gen 41, 26-32); el candelabro de los siete brazos (Ex 25, 31-37); las siete lámparas y la omnisciencia divina (Zac 4, 2-11); el sacerdote rociará con sangre siete veces (Lev 4, 6; Núm 19, 4); el leproso será aspergado siete veces (Lev 14, 7); los sacerdotes dieron siete vueltas a Jericó con las siete trompetas jubilares (Jos 6, 4-5); el siervo de Elías tuvo que ir y venir siete veces para comprobar si llovía (I Re 19, 43-44); Naamán se lava siete veces en el Jordán (2 Re 5, 10); siete veces cae el justo (Prov 24, 16); desolación para una madre de siete hijos en el frente (Jer 15, 9); siete hermanos sufren martirio junto a su madre (2 Mac 7)… Las citas del AT podrían alargarse con amplitud. 

No hay ruptura para los valores simbólicos del numeral en el NT. Al contrario, la intensificación es llamativa, especialmente en el Apocalipsis. Juan narra siete milagros de Jesús. Siete son los panes multiplicados y siete las espuertas de sobras (Mt 15, 34-37; Mc 8, 5-6); siete, los espíritus malignos (Mt 12, 45); de María Magdalena habían salido siete demonios (Lc 8, 2); hay que perdonar hasta setenta veces siete (Mt 18, 21-22; Lc 17, 4); los saduceos cuentan lo ocurrido a siete hermanos (Mt 22, 25-28); siete palabras de Cristo en la cruz (Lc 23, 34, 43; Jn 19, 26-27; 28, 30; Mt 27, 46); siete, los provisores helenísticos de la comunidad (Hechos 6, 1-6). 

El Apocalipsis realza la perfección del obrar divino y el intenso despliegue de las fuerzas hostiles a Dios:

Juan escribe a las siete iglesias de Asia (Ap 1, 4); el evangelista ve siete candeleros y siete estrellas (1, 12, 16, 20), un libro sellado con siete sellos (5, 1), un Cordero con siete cuernos y siete ojos (5, 6), siete ángeles (8, 2) que llevaban siete plagas (15, 1) y portaban siete copas (17, 1). Oyó el fragor de siete truenos (10, 3) y el toque de la séptima trompeta (14, 15).

La bestia tenía siete cabezas (17, 3; 9), como la Serpiente roja (12, 3).

Ante el trono de Dios arden siete antorchas de fuego, que son los siete Espíritus de Dios (4, 5). 

 

Sigue leyendo

LOA DE HISPANIA

 

San Isidoro de Sevilla (556-636), Doctor de la Iglesia y el último Padre de la Iglesia de Occidente. De padre hispanorromano y madre goda, fue el menor de cuatro hermanos, todos ellos santos: Leandro, obispo de Sevilla, Fulgencio, obispo de Écija y Florentina, abadesa.

Presidió el IV Concilio de Toledo (633), impulsó la formación intelectual del clero y la liturgia con su trabajo sobre “Los Oficios de la Iglesia”. Trabajó incansablemente en la catequización de los godos arrianos al catolicismo.

La obra magna del hispalense, Etimologías, es la enciclopedia de su tiempo, el compendio del saber de su época; estaría en la base de la organización de los estudios medievales o siete artes liberales: Trivium (Gramática, Lógica y Retórica / el conocimiento, la comprensión y la sabiduría) yQuadrivium (Aritmética, Geometría, Música y Astronomía / el estudio de los números y su relación con el espacio y el tiempo).

Con este texto de alabanza a su tierra (De laude Spaniae) abre su Historia Gothorum:

<De todas las tierras existentes
desde el Occidente hasta la India
tú eres, España,
piadosa y madre siempre feliz
de príncipes y de pueblos,
la más hermosa.
Con razón tú eres ahora
la reina de todas las provincias,
de ti no sólo el ocaso
sino también el Oriente
reciben su fulgor.
Tú eres el honor y el ornamento del orbe,
la más célebre porción de la tierra,
en la que se regocija ampliamente
y profusamente florece
la gloriosa fecundidad de la estirpe goda.

Con razón la naturaleza te enriqueció
y te fue más benigna
con la fecundidad de todas las cosas creadas.
Tú eres abundante en frutos,
rica en uvas, dichosa en cosechas;
te cubres de mieses,
gozas la sombra de tus olivos
y te ves coronada de vides.
Esmaltados de flores están tus campos,
frondosa en tus montes,
llena de peces en tus costas.

Sigue leyendo