Epifanía de los panes y los peces

Guiados por el brillo de una estrella
los Magos dejan su país lejano, 
y buscan con su luz la luz divina 
hasta encontrar a Dios y confesarlo. 
El cándido Cordero de los cielos 
toca las ondas del sagrado río, 
y en sus aguas nos limpia de las faltas 
de que Él está perfectamente limpio. 
Por un milagro del poder más alto 
el agua en las vasijas se enrojece 
y, dócil al mandato soberano, 
en verdadero vino se convierte. 
Glorificado seas, Jesucristo, 
que te manifestaste a los gentiles, 
y que en unión del Padre y del Paráclito 
en todo sitio y todo tiempo existes.  

***

Con el vino de Caná, recordamos hoy
que la gloria del Señor se manifiesta
en la multiplicación de los panes:
prefiguración del banquete eucarístico.

El Rito hispano contempla en la Epifanía cuatro manifestaciones del Señor:
a los Magos, en el Jordán, en el Bautismo y en la multiplicación de los panes.
El Rito romano, renovado después del Concilio Vaticano,
ha recogido esta gran tradición de las diversas epifanías
en los días que siguen al seis de enero.
Hoy, en concreto, el tema aludido es la multiplicación de los panes (Mc 6, 34ss).

LECTURAS: 1 Epístola de san Juan cap. 4; Mateo 6,34ss.

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