Lectio divina


Hoy podemos leer la primera epístola de san Pedro.
Mañana despedimos el <Aleluya> en la Misa Hispana (19 h.).

AUDICIÓN:
Aleluya (monasterio de Pluscarden, Escocia)


Sobre las celebraciones propias del tiempo de Cuaresma:
Los domingos de Cuaresma tienen precedencia sobre todas las fiestas del Señor y sobre todas las solemnidades.
Debe darse, sobre todo en las homilías del domingo, la catequesis del misterio pascual y de los sacramentos,
explicando con mayor profundidad los textos del leccionario y, de modo especial,
las perícopas evangélicas, que aclaran los diversos aspectos del Bautismo 
y de los demás sacramentos, así como la misericordia de Dios.
Se invita a los fieles a participar frecuentemente a las Misas feriales, y, si no les es posible, se les invitará al menos a leer, en familia o privadamente las lecturas bíblicas del día.
«El tiempo de Cuaresma conserva su carácter penitencial». La virtud de la penitencia y su práctica son siempre elementos necesarios de la preparación pascual: la práctica externa de la penitencia, tanto de los individuos como de toda la comunidad ha de ser el resultado de la conversión del corazón. Esta práctica, si bien debe acomodarse a las circunstancias y exigencias de nuestro tiempo, sin embargo, no puede prescindir del espíritu de la penitencia evangélica, y ha de orientarse también al bien de los hermanos.
Recomiéndase una participación más intensa y más fructuosa en la liturgia cuaresmal y en las celebraciones penitenciales. La Iglesia exhorta a todos los cristianos, sobre todo, para que, según la ley y las tradiciones de la Iglesia, se acerquen en este tiempo al sacramento de la Penitencia, y puedan así participar con el alma purificada en los misterios pascuales. Es muy conveniente que el sacramento de la Penitencia se celebre, durante el tiempo de Cuaresma, según el rito para reconciliar varios penitentes con la confesión y absolución individual.
«En tiempo de Cuaresma no se adorna con flores el altar, y se permiten los instrumentos musicales sólo para sostener el canto», como corresponde al carácter penitencial de este tiempo.
Asimismo, desde el comienzo de la Cuaresma hasta la Vigilia pascual no se canta Aleluya en ninguna celebración, incluidas las solemnidades y las fiestas.
Los cantos de las celebraciones, y especialmente de la Misa, así como los de los ejercicios piadosos, han de ser conformes al espíritu de este tiempo y corresponder lo más posible a los textos litúrgicos.
Foméntense los ejercicios piadosos que responden mejor al carácter del tiempo de Cuaresma, como es el «Via Crucis», y sean imbuidos del espíritu de la liturgia, de suerte que conduzcan a los fieles a la celebración del misterio pascual de Cristo.
(Cf. Las celebraciones pascuales, nn. 11ss).

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