«Trenos» o canto interleccional de penitencia
de la misa del I viernes de Cuaresma (Hisp-Moz.):
«Destilen mis ojos lágrimas,
derramen llanto mis párpados,
porque un lamento llega hacia mí.
V/. Por eso soy presa de dolores, la angustia me aturde, el espanto me ciega.
V/. Ay de mí, que voy a sucumbir, mi corazón se marea y el terror me sobrecoge».
(Del libro de Jeremías)
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Es una antigua costumbre cuaresmal que -además del domingo-
el cristiano se sienta llamado a participar entre semana de la Eucaristía:
especialmente los miércoles y los viernes.
La Eucaristía del Viernes se prolonga, devocionalmente, con el Via Crucis.
Se puede difundir en Cuaresma la participación en la Liturgia de las Horas,
especialmente las I y II Vísperas de cada domingo.
Las visitas a los monasterios cercanos -con este motivo-
están en sintonía con las antiguas peregrinaciones o stationes cuaresmales.