Cuatro de abril:
recuerdo de Isidoro visigodo e Isidro mozárabe

Durante la Cuaresma no se canta el Aleluya.
Esta aclamación, sin embargo, se repetirá abundantemente
durante la Cincuentena pascual.
El Hispalense nos ofrece una catequesis sobre la loa aleluyática,
es decir sobre la aclamación <Laudes> de la Misa
o canto del Aleluya como conclusión de la liturgia de la Palabra):

“Que al final del oficio de los salmos y lecciones
se concluya con el canto del alleluia,
se hace puesta la mirada en la esperanza futura
y con ello quiere dar a entender la Iglesia que,
después del anuncio del reino de los cielos,
que en la vida presente se predica al mundo
por medio de ambos Testamentos,
nuestras acciones no tienen valor de salvación
si no se hacen en alabanza de Dios,
tal como está escrito:
<Bienaventurados los que habitan en tu casa;
por los siglos de los siglos te alabarán> (Sal 83,5).
De aquí que,
el Libro de los Salmos se concluya con alabanzas,
para mostrar la alabanza eterna,
acabado este siglo”.

San Isidoro de Sevilla, De los oficios eclesiásticos.
Editorial isidoriana, León 2007,
Capítulo XIII: De los laudes, pp. 52s.

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Capilla del lugar del nacimiento de san Isidro labrador (4 ab 1083 aprox.) c/ Aguila 1 Madrid

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