Antífona visigótico-mozárabe:
<Maestro Bueno>

La espiritualidad hispana canta a Cristo
confesando su fe en Él:
es el Señor y Pastor;
es el Sacerdote y Cordero;
y, también,
es la Palabra, el MAESTRO que enseña con su vida.

<Maestro Bueno,
lava mi culpa y borra mis pecados>.
Con versículos del salmo 118, 1-4:

Bone magister lavame a facinore meo et a peccato meo mundame. 
Beati inmaculati in via qui ambulant in lege Domini. 
 Beati, qui prescrutantur testimonia eius in toto corde suo exquirunt eum. 
 Non enim qui operantur iniquitatem in viis eius ambulaberunt. 
 Tu mandasti mandata tua Domine custodire nimis. 
 R/. Bone magister lavame a facinore meo et a peccato meo mundame. 
Felices los que con vida intachable caminan observando la ley del Señor…

***

La oración del Señor en la tarde del Jueves Santo
-según la liturgia gotho-hispana-
se introduce así:
<Considerando nuestros pensamientos y nuestros pecados
no te inmolamos, Señor, víctimas cruentas;
con sencillo deseo te ofrecemos el cuerpo del Sacerdote sempiterno. 
Acuérdate, Señor, de lo que sufrió por nosotros,
el que cargó con nuestros pecados.
Vístenos, pues, con la estola de la santidad
para que nadie se siente en tu cena sin el vestido de bodas;
y el banquete del Nuevo Testamento florezca en gozos celestiales.
Lejos de nosotros la trampa en que cayó aquel mal discípulo.
Que encuentres en todos una fe sincera,
una esperanza firme
y una caridad pura.
Para que la conciencia no se vea acusada
por la recepción del alimento espiritual, 
sino que por la dulzura de tu paz y de tu caridad, 
libres de todo vicio, te aclamemos desde la tierra:
Padre nuestro…>

***

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