“Los ejemplos de los santos,
que edifican al ser humano,
hacen que las distintas virtudes revistan un carácter sagrado:
… la obediencia, por Abraham;
la paciencia, por Isaac;
el sufrimiento, por Jacob;
la misericordia, por David;
la templanza, por Daniel;
y así, en las restantes virtudes de los justos
que nos precedieron,
uno considera, al imitarlas, el esfuerzo,
la moderación, la rectitud y el espíritu de penitencia
con que se practicaron.”
S. Isidoro de Sevilla, Sentencias II, 11,12.
Vivimos a hombros de gigantes.
Isaías, el Bautista, el Evangelista, el de Tarso… Isidoro. Hoy también Daniel.
También de gigantes de la fe y del amor recientes. Incluso sobre «columnas» vivas.
Tenemos herencia de ADN espiritual y «arquitectura» soporte y cobijo «medular» y «cordial».