Ante los últimos domingos del año… (I)

[En el Antiguo Testamento]
el Sábado es el séptimo día de la semana.
Después de seis días, en los que el hombre
participa en cierto sentido en el trabajo de la creación de Dios,
el Sábado es el día del descanso.
Pero en la Iglesia naciente sucede algo inaudito:
el Sábado, el séptimo día, es sustituido ahora por el primer día.
Como día de la asamblea litúrgica,
es el día del encuentro con Dios mediante Jesucristo,
el cual en el primer día, el Domingo,
se encontró con los suyos como Resucitado.
La estructura de la semana se ha invertido.
Ya no se dirige hacia el séptimo día,
para participar en el reposo de Dios.
Comienza con el primer día,
como día del encuentro con el Resucitado.

2 comentarios en “Ante los últimos domingos del año… (I)

  1. Un amigo judío y músico al comentar una canción muy antigua festiva para celebear el sábado (sabat), de Abrahan Ibn Ezra, español contemporaneo de san Isidro mozárabe, me decía… igual que en una boda se espera a la novia con espectación, alegría e ilusión y viene engalanada, purificada y feliz, así hay que esperar la llegada del sábado cada semana. Y después por reflejo, en las bodas se pide para la novia que su vida para el matrimonio sea como el descanso del sábado…

    Y el domingo para el bautizado, ¿no deberiamos esperarlo con similar ilusión y preparación porque llega el «Novio» vivo y vivificante a la boda de la asamblea eucarística?

    Espectación, alegría, ilusión, fiesta, afecto…amor, enamoramiento, amistad… ¡¡¡llega el Domingo!!!

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