Árbol de Jesús

Adornando el árbol santo entre los cristianos coptos (Egipto)

2. Árbol de Jesús

La tradición resalta el carácter específicamente religioso del árbol vinculado a la evangelización del Norte de Europa. San Bonifacio, el apóstol de Alemania, en el trabajo misionero realizado en Hessen, se atrevió a talar, en el año 724, el famoso roble de Geismar, que era venerado con honores divinos. Cortado el árbol dedicado al dios Thor /Donar, el santo obispo hizo construir con su madera una capilla en honor de San Pedro y en su lugar plantó un abeto en honor a Jesucristo. Con este episodio aparentemente insignificante, asestó un golpe decisivo  contra el paganismo de la región. Desde aquel momento el cristianismo se inculturaba en tierras tudescas y antiguas costumbres perduraban con un significado nuevo.

La decoración de las ramas con luces -que los antiguos europeos realizaban- se inscribía en los ritos de regeneración de la luz cuando los días comienzan a crecer con el solsticio de invierno. Estas prácticas del árbol de la luz (Lichterbaum) eran propias del ambiente escandinavo y germano. Ciertamente, eran antiguas creencias de aquellos pueblos el pensar que las plantas siempre verdes tenían el poder de conjurar los malos espíritus, los cuales actuaban, sobre todo, en los oscuros días de invierno. Por el contrario, los cristianos confesaban al Dios que brilla en la tiniebla, reconocido por los pueblos por el esplendor de su luz.

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