Arbol de Pascuas

Mujeres cristianas sirias adornando el árbol en una iglesia

Mujeres cristianas de Siria adornando el árbol en una iglesia

1. Árbol de Pascuas

En 1869, Charles Dickens prologaba “Cuentos de Navidad” con un magnífico ensayo sobre el árbol luminoso de la Navidad. No es extraño, porque “en el principio, cuando Dios creó el cielo y la tierra… plantó un árbol en el Jardín de las delicias, a Oriente” (cf. Gen 1,1; 2,8).  El árbol estaba al comienzo y estará al final (cf. Ap 22, 1) porque el árbol de la vida es la cruz del Señor Jesús: el que viene en Navidad viene para la Pascua.

La costumbre de colocar un árbol adornado durante el Adviento en preparación de las fiestas de Navidad ha desbordado ya el ámbito de los hogares cristianos. Encontramos este signo en las iglesias y en las calles, e incluso en comercios o lugares sin especial referencia cristiana. Algunos, incluso, pretenden presentarlo como alternativa al “belén” o pesebre de tradición latina o, sin más, como mero símbolo de fiestas de invierno y Año Nuevo. Sin embargo, pocos signos populares hay tan antiguos y tan específicamente cristianos como el abeto navideño: su objeto ha sido siempre recordar a los fieles que Cristo, nacido por nosotros en Belén de Judá, es el verdadero Árbol de la vida (Ap 2,7), Árbol del que fue separado el hombre a causa del pecado de Adán (Gn 2,9).

 

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