Durante el año «se han de considerar, sobre todo,
las celebraciones que conmemoran acontecimientos salvíficos,
en los que la Virgen estuvo estrechamente vinculada al Hijo,
como las fiestas de la Natividad de María (8 setiembre),
«esperanza de todo el mundo y aurora de la salvación».
(san Pablo VI, Marialis Cultus, 7).
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Esta fiesta mariana, de origen oriental, entró primero en Occidente en la Iglesia de Roma
y, paulatinamente, se fue difundiendo por todo Occidente.
Aparece en España en el calendario de Recemundo o calendario mozárabe de Córdoba del 961.
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Después de rezar hoy el <Angelus> podemos añadir este responsorio:
Mis ramos son ramos de honor y de gracia, aleluya.
Como las viñas produje un suave olor. Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Como un olivo cargado de fruto en el templo del Señor,
confiaré en la misericordia de mi Dios, para siempre y por todos los siglos.
R/. Como las viñas produje un suave olor. Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Gloria y honor al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
R/. Como las viñas produje un suave olor. Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya.
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La fiesta de hoy en el Misal mozárabe de Cisneros (1500).
A AURORA do NOVO DIA . A MÃE ,ESPOSA e FILHA nos abençoe e nos conduza a SEU FILHO REDENTOR
Un poco de cantigas de Alfonso X, siglo XIII, la traducción al castellano de algunas estrofas…
CSM (Cantiga de Santa María) 411 Esta es la primera de las Fiestas de Santa María, del nacimiento de Santa María, que cae en el mes de septiembre y comienza así:
ESTRIBILLO: Bendito fue el día y bienaventurada / la hora en la que nació la Virgen, Madre de Dios.
ESTROFAS:
1 Sobre este nacimiento había hablado ya Isaías / y en una profecía dijo que saldría un árbol / de la raíz de Jesé, del que brotaría una flor tal, / que habría ser la morada del Espíritu Santo. / Bendito fue el día y bienaventurada…
2 Otros muchos profetas también profetizaron esto, / y los evangelistas hablaron sobre esta señora, de cómo era de gran cordura, y también hablaron de los reyes / de los que procedía esta señora honrada. / Bendito fue el día y bienaventurada…
3 Os voy a contar cómo era la situación de su padre, / que se llamaba Joaquín, y de su madre Ana: / ellos repartieron cuanto poseían en este mundo, / de forma que no les quedó nada de lo que tenían, / Bendito fue el día y bienaventurada…
4 Pues Joaquín y Ana acordaron / hacer tres partes de todo cuanto tenían; / una parte la entregaron a los pobres, otra la guardaron para sí mismos / y la tercera iba destinada al templo. / Bendito fue el día y bienaventurada…
5 Mientras esta santa pareja iba haciendo esto, / Dios iba dándoles el doble de sus cosas, / pero no les concedía un hijo, por lo que él estaba muy afligido, / pero ella estaba todavía más afligida, / Bendito fue el día y bienaventurada…
6 Pues la gente los tildaba de malditos. / Por eso, él reunió ofrendas y regalos / para llevar al templo con otros parientes, / pero Rubén y Simeón le prohibieron la entrada / Bendito fue el día y bienaventurada…
Y así hasta 30 estrofas.
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Y esta otra cantiga «Alba de los albores», mas lírica que narrativa como la anterior, preciosa, en el que todas las estrofas terminan con la palabra ALBA.
CSM 412 = CSM 340 Esta es de loor de Santa María (no tiene estribillo).
1 Virgen, Madre Gloriosa, / de Dios hija y esposa, / santa, noble, preciosa, / ¿Quién sabría alabarte / o podría? / Porque Dios, que es luz y día, / en nuestra [misma] naturaleza / no hubiésemos podido ver su imagen, / sino gracias a ti, que fuiste alba.
2 Tú eres el alba de las albas / que haces que los pecadores / vean sus errores / y se den cuenta de su necedad / que impide / al hombre tener lo que debería (tener) / y que por su locura perdió / Eva y que tú, Virgen Pura, / recobraste porque eres alba.
3 Tú eres el alba de los infelices / para que no se desvíen de sus caminos, / ya sean grandes o pequeños, / pues tú les muestras la vía / por la que transitó / siempre tu hijo, / que nos sacó del oscuro / camino, equivocado y difícil, / por ti, que eres nuestra alba.
4 Tú eres el alba de los culpados, / que ciegos por sus pecados / estaban, pero iluminados / son gracias a ti, Santa María. / ¿Quién podría contar / ni imaginar siquiera / tu bondad y tu gran cordura? / Porque siempre en ti mantiene / Dios la luz que te hace alba.
5 Tú eres el alba por la que se vio / el sol, que es Cristo, / que conquistó el mundo / y lo sacó de donde estaba / y estaría / y de donde no saldría. / Pero por ti, Dios desde las alturas / quiso nacer en ti, su criatura, / y de ti hizo el alba.
6 Tú eres el alba de los que creen / y luz de los que no ven / a Dios y que consideran malo / el bien a causa de la idiotez / de su herejía, / que es un errado atrevimiento / y Dios no se preocupa por estos. / Pero por tu enorme sensatez / (a estos) les ofreces la luz como el alba.
6 Tú eres el alba que compareces / ante Dios e iluminas / los cielos y mereces estar en su compañía. / Yo querría / verte con él, pues estaría / libre de malas ocasiones / e incluido en el bienestar / donde estás con Dios, donde eres alba.
Esto cantado es una delicia. Esta última, en parte, está en el CD «Ave maris stella», pues tiene similar melodía de este himno del siglo VIII.