Canto de la aclamación Laus tibi, Xte… antes del Evangelio

El despliegue solemne que acompaña este movimiento conlleva la alabanza a Cristo presente en su Palabra, primero por parte del que lo ha de proclamar y, luego, por toda la asamblea. Aunque ausente en MHM 1991 conocemos bien el canto de la loa evangélica: Laus tibi domine. vr. Rex eterne gloriae (AL 248 f. 154v). Es esta una costumbre también atestiguada por san Eulogio en la Córdoba mozárabe:

Cuando el levita –diácono- toma el libro del Evangelio del altar lo eleva y dice: <Laus tibi> (Alabanza a Ti);y todos responden: <Laus tibi, Iesu Christe, Rex æterna gloriæ> (Alabanza a Ti, Jesucristo, Rey de eterna gloria). Precedido el Evangelio con las luces de los cirios como signo de gozo y alegría… después de haber pedido silencio a todo dice::  <Lectura…> ( Adv. El. I, 66, 1617 /774).

La procesión diaconal con el Evangeliario se mantuvo en los usos de Salamanca: “Recibida la bendición va al altar y toma el libro, lo eleva y dice: <V/. Laus tibi. R/ Laus tibi, Domine, Jesu Christe, rex æternæ gloriæ>. El canto de esta aclamación se ha realizado también en celebraciones de diversas diócesis españolas con variada gestualidad (beso, elevación del Libro, etc.).

En la Misa solemne del Congreso Mozárabe de Córdoba (2017) encontramos idéntica secuencia: la aclamación <Laus tibi>, “como saludo al evangelio”, bendición al diácono “en silencio”, cruz, etc.

2 comentarios en “Canto de la aclamación Laus tibi, Xte… antes del Evangelio

  1. Presencia de Cristo en la palabra leída y en el libro que la contiene.

    Lo que puedo remarcar como miembro de la asamblea es la positiva espectación, el tiempo dedicado a la preparación de la escucha de la lectura del Evangelio. El tiempo suspendido y lleno de gestos; bendición y autorización al lector diácono, la preparación del incienso abundante, procesión con cirios con paso sereno, etc.
    Me emociona en especial el incensado del libro y la posterior nube de humo que vela lo que sucede en el ambón y la voz, como llegada de lo alto, proclamando el mensaje del héroe Cristo en su aventura humana de acciones, mensajes, milagros, recomendaciones y sentimientos directos, a uno o a muchos que le rodean o acompañan.

    Que menos que cantar «Laus tibi…»

    Esta tarde todos atentos…

    • A causa de Moz.es llevo dos horas canturreando «laus tibi Xte..»… incluso polifónico. Mas pegadiza que las canciones de moda.

      Y es que seguimos apegados al fuego del hogar de la tribu prehistórica, al humo de inciensos y quemado de ofrendas de altares paganos, al misterio de las fuerzas de la naturaleza… y todo filtrado, colado, sublimado por el Redentor. Humanos somos desde algún millón de años, y renacidos de luz y Espíritu solo hace dosmil años.

      Yo también tengo mas fuerza e ilusión por las mañanas y cierta fatiga y melancolía a la puesta de sol. Como la música, la liturgia tiene diferente tono y humor (temperamento), según la hora del día.

      En la liturgia de la palabra mozárabe, en las primeras lecturas hay cierta precipitación y amontonamiento sin pausa. La procesión y pausas antes del evangelio son gran acierto escénico con fruto de impacto en el espíritu del atento fiel participante.
      El canto «Laus tibi» es una explosión contenida.. de gozo…hacia dentro, pero de todos juntos.

      Incluidos los vivos no presentes, por la «magia» y poder de la Comunión de los Santos.

      Va bien de pausa de trabajo…(me lo he permitido), uno regresa mas motivado

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