Durante la Cuaresma hay que organizar la catequesis para aquellos adultos que, bautizados, siendo niños, no la hayan recibido, y que tampoco hayan recibido aún la Confirmación y la Eucaristía.
Al mismo tiempo establézcanse celebraciones penitenciales, que los lleven a recibir el sacramento de la reconciliación.
(FFPP 9).
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Apoyo…
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En nuestra plegaria diaria pedimos el cambio de corazón.
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¿Reconoces las letras y su significado en las aureola crucífera del Señor Jesús?
Con el amor no basta, se requiere fortaleza y recursos…
Hoy celebramos algo:
Hoy, tres rocas.
La roca de salvacion.El bastión.
La Roca angular.
La roca base, piedra, Pedro, base de la iglesia apostólica.
No reconozco las letras de la aureola crucífera, mucha omega…
Fos tou kosmou – Yo soy la luz del mundo.
Esas manos significan además: amistad,ayuda,dirección,y ¡¡¡mucho más!!!
Recordamos, en Semana Santa con el Oficium Tenebrarum, y en la Noche Santa de Pascua, que realmente el Kyrios es la Luz del mundo. Lo recordamos también cada noche los que, unidos también con la Iglesia de Oriente, encendemos una pequeña candela, una phos hilarion, una luz alegre o reidora, que es también nuestro apoyo, nuestro sustento: la Roca que nos Salva es también Luz. La roca, inerte, es el Viviente que nos da la Vida.
Qué interesante ese cuadro de las manos. No consigo ver la firma. Parecen las manos de un mártir pero no están en posición orante ni suplicante sino más bien como si se consolaran. Masculinas.
Isaías (64,8) y Jeremías (18, 3-6) nos recuerdan que somos barro en las manos del Alfarero. Esta imagen sublime nos devuelve al poema del Génesis. Dios modela el barro -la materia- y le insufla el alma. La persona, imagen de Dios, supone la unión indisoluble de cuerpo y alma, materia y espíritu.
El Kyrios no se desentiende de su creatura. Nos protege, nos acaricia, nos guía con sus manos (Salmo 134).
Las manos escriben, pintan, esculpen. Las manos confortan, confirman, sostienen, transmiten. Las manos de los ministros, como las del Señor, nos protegen y nos guían.
José Gaos, ya en el s. XX, tuvo una intuición genial. Dos exclusivas del hombre: la mano y el tiempo.
Manos que hacen sombra sobre el pan y el vino al invocar al Espíritu Creador. Manos que nos guían del tiempo a la eternidad.