Cristo se ofreció…

Esta cita del Obispo norteafricano
se repetirá abundantemente en
la antigua liturgia de España.

san Cipriano, obpo. mr. (s. III)

«… Jesucristo es Señor y Dios nuestro,
él mismo, sumo sacerdote de Dios Padre
y ofrenda sacrificial;
Él fue el primero en ofrecer al Padre,
y mandó que esto se hiciera en conmemoración suya.
El sacerdote que reproduce lo que Cristo realizó
hace verdaderamente las veces de Cristo
y, en este caso, ofrece en la Iglesia
el verdadero y pleno sacrificio,
que ofrece de manera que pueda verse
que es tal como Cristo lo ofreció» .

san Cipriano de Cartago,
Carta a Cecilio, obispo de Biltha.

3 comentarios en “Cristo se ofreció…

  1. e nós como nos deixamos morrer pelos outros oferecendo-nos em sacrificio configurando-nos assim com o UNGIDO ?

  2. «El sacerdote que reproduce lo que Cristo realizó
    hace verdaderamente las veces de Cristo […]» San Cipriano de Cartago.

    Vuelvo ahora a las dos lecturas introductorias al evangelio de Marcos aquí propuestas ayer:
    – Hechos 7: discurso en Jerusalén de San Esteban, diácono, sobre antecedentes de Jesucristo en las Escrituras, y acabando con su lapidación ante Saulo, ‘cuidador de mantos’ de apedreadores y,
    – Hebreos 11: discurso de contenido semejante, del mismo Saulo, pero ya ‘dando fruto’ tras su conversión,
    ¿Nadie sintió al leer estas dos citas el ‘hilo invisible’ con la catequesis camino de Emaús?:
    «Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas!
    ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?»
    Y comenzando por Moisés y continuando por todos los profetas, les fue declarando en todas las Escrituras lo que se refería a él.» (Lucas 24, 25-27)

    Justo al final de San Marcos, también se menciona «lo que Cristo realizó» al mostrarse «a dos de ellos que iban de camino» (Mc 16 12-13)

    Gracias a sacerdotes y diáconos por ‘reproducir’ la explicación de las escrituras.

  3. Hace dos días contaba que hasta en dos ocasiones de mi vida he visto, de forma continuada, el rostro del Señor en el rostro de un amigo.
    Las dos veces era un sacerdote.
    Y creo que no era solo por su sacerdocio, sino porque se asemejaban a Jesucristo en su vida de entrega, dedicación y..ser particular altavoz de sus palabras.

    Su amistad ha producido una especie de veneración. San Cipriano lo sabía. San Agustín también.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *