Cuarenta días 

 

“La Cuaresma es el tiempo que precede y dispone a la celebración de la Pascua. Tiempo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión,
de preparación y de memoria del Bautismo,
de reconciliación con Dios y con los hermanos,
de recurso más frecuente a las «armas de la penitencia cristiana»:
la oración, el ayuno y la limosna (cfr. Mt 6,1-6.16-18).
(Directorio para la Piedad popular y la liturgia, n, 124).

 

Tenemos presente el trípode: 
orar, ayunar y compartir.
Para recordar la Pasión Gloriosa del Señor es básica la lectura diaria de la Palabra de Dios.También, conviene fomentar ejercicios piadosos que responden al carácter del tiempo de Cuaresma, como son el Via Crucis o el Via Matris, “y sean imbuidos del espíritu de la liturgia, de suerte que conduzcan a los fieles a la celebración del misterio pascual de Cristo” 

(cf. Carta Fiestas Pascuales, n. 20).

Polvo eres…

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El canto Attende está basado en las antiguas Preces del Rito hispano-mozárabe.

Attende, Domine, et miserere (español)

 

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En los antiguos iconos
José es representado siempre a un lado de la escena
-y en tamaño menor-
indicando que no es el protagonista
en la paternidad física de Jesús.
Él, sin embargo, actuará como un auténtico padre de Jesús.

 

1 comentario en “Cuarenta días 

  1. Attende Domine
    https://youtu.be/NW7QieK6IwI
    Español,
    Escucha, Señor y ten misericordia porque hemos pecado contra Ti.

    A Ti, Rey soberano, Redentor de todos levantamos nuestros ojos en llanto; escucha, Cristo, las plegarias de los que te suplican.

    Oh diestra del Padre, piedra angular, camino de la salvación y puerta del cielo: lava las manchas de nuestros delitos.

    Rogamos oh Dios, a tu majestad: con tus oídos santos escucha nuestros gemidos, perdona bondadoso nuestras culpas.

    Nuestros pecados cometidos los confesamos ante Ti; con corazón contrito te manifestamos lo oculto; que tu clemencia, oh Redentor, nos las perdone.

    Inocente, fuiste capturado, y llevado sin poner resistencia, y condenado por los impíos con testigos falsos. A los que redimiste, consérvalos Tú, oh Cristo.

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