Cuaresma en lontananza

La celebración anual de la cuaresma es un tiempo favorable, durante el cual se asciende a la santa montaña de la Pascua.

El tiempo de Cuaresma, con su doble carácter, prepara tanto a los catecúmenos como a los fieles en orden a la celebración del misterio pascual.
Los catecúmenos se encaminan hacia los sacramentos de la iniciación cristiana, tanto por la «elección» y los «escrutinios», como por la catequesis;
los fieles, por su parte, dedicándose con más asiduidad a escuhar la Palabra de Dios y a la oración, y mediante la penitencia, se preparan a renovar sus promesas bautismales.
(FFPP 6).

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‘Magnificat’ Especial Cuaresma.

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2 comentarios en “Cuaresma en lontananza

  1. Lontananza, lejano… locución adverbial “en lontananza”, empleada como sinónimo de “a lo lejos”.

    Cuaresma se denomina «período de ayuno». Oración, ayuno y limosna.
    Tiempo del año litúrgico cristiano destinado a la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua.
    Seis semanas de purificación e iluminación interna.

    En las lenguas habladas donde el cristianismo se estableció con anterioridad, como el griego y el latín, el término designa el periodo que comienza el cuadragésimo día de la semana anterior a la Pascua. En griego moderno, el término es Σαρακοστή. (en griego), derivado del anterior Τεσσαρακοστή. (en griego), que significa «cuadragésimo». La palabra correspondiente en latín, quadragesima («cuadragésimo»), es el origen de los términos utilizados en las lenguas derivadas del latín y en algunas otras.

    Ejemplos en el grupo de Lenguas romances son: Catalán quaresma, French carême, gallego coresma, italiana quaresima, Occitano quaresma, portugués quaresma, rumano păresimi, Sardo caresima, español cuaresma, y Walloon cwareme. Ejemplos en lenguas no basadas en el latín son: Albanés kreshma, vasco garizuma, croata korizma, Irish y gaélico escocés carghas, suajili kwaresima, filipino kuwaresma, y galés c(a)rawys.

  2. Una vida plena tiene que ver con satisfacer tres grandes deseos que todos tenemos. En primer lugar, una vida cómoda, agradable, sin sobresaltos, con momentos para disfrutar y, por supuesto, con buena salud.
    En segundo lugar, unas relaciones afectivas significativas, intensas y estimulantes, que nos proporcionen cuidado y reconocimiento.
    Y, en tercer lugar, sentir que nuestra vida tiene un propósito, que progresamos, que lo que hacemos cada día tiene sentido y aporta algo. Estos tres deseos a veces interfieren entre sí, pero juntos constituyen lo que llamamos plenitud humana, que es el camino hacia la felicidad.
    Jose Antonio Marina

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