Cuarto domingo de Adviento

Enciende las cuatro velas de la Corona.

Reza una oración y lee un texto de la Biblia.

Haz un par de propósitos personales y uno comunitario:

Escribe a alguien;
especialmente a quien sepas que no lo espera.
Reza por tu madre.

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¡Reserva la tarde del 2 de enero de 2019!

5 comentarios en “Cuarto domingo de Adviento

  1. Encendidas 4 en la víspera.
    Propósitos … con familiares distantes.
    Renovado compromiso con Gothia…
    Escribir… aquí. También ha sido un compromiso adquirido, con intento de implicación personal.

    Navidad ya aquí, Adviento ya casi cumplido y ha hecho su función. Todo a flor de piel.
    Ven¡¡¡

  2. Domingo Mariano por excelência.
    É a festa mariana mais peculiar e profética do calendário litúrgico,não devido à devoção de Nossa Senhora,mas por causa do papel essencial e determinante que a Virgem exerce no mistério salvífico de Cristo e da Igreja .Santo domingo
    JESUS é a PAZ

  3. En el domingo mariano del año vivimos con la Madre la espera del Hijo y en el
    Hijo. Es una buena idea, hoy, orar por nuestras respectivas madres.
    El compromiso comunitario para el día 2 de enero podríamos difundirlo desde aquí y entre nuestros contactos. Sería bueno vernos en estas navidades acogiendo el año nuevo todos juntos. Ya, desde ahora, lo acojo como un regalo: la peregrinación navideña a la catedral de la Almudena el 2 de enero 2019.

  4. Por eso dentro del contexto de sentido de la palabra ADVIENTO se encuentra también la palabra «visitatio», visitación, qué significa simplemente visita… la enfermedad y el sufrimiento pueden ser, al igual que una gran alegría, algo así como un Adviento muy personal, una visita de Dios que entra en mi vida y quiere acercárseme. Aun cuando nos resulte difícil, deberíamos intentar comprender los días de enfermedad de la siguiente manera: el Señor ha interrumpido por un tiempo mi actividad a fin de conducirme a la quietud
    .Pero ¿no será que Dios realmente me espera en esa quietud? ¿No será que lo que está haciendo es 1o que relata la parábola de la vid y los sarmientos, donde dice: «Todo sarmiento mío que no da fruto lo corta; y todo el que da fruto lo poda, para que dé más todavía» (Jn 15 ,2 )? Si aprendo a aceptarme en estos días de quietud, si tolero el sufrimiento porque, a través de él, el Señor me poda, ¿no me estoy haciendo más rico que si hubiese ganado mucho dinero? ¿No ha sucedido en mí algo más constante y fructífero que las cosas que se pueden contar y calcular?

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